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miércoles, 23 de mayo de 2012

relato 5 de Inma


Las mañanas en los Juzgados de Écija son un ir y venir de gente, papeles, y...problemas. En el mostrador de atención al público, Conchi, la gestora, habla por teléfono con Mariló, la procuradora:
-va a haber problemas...; no, no se ha notificado..., sólo por edictos.
Se dirige, tras colgar el teléfono, a Inma, la agente judicial:
-mañana tenemos un desahucio complicado, Inma...
-¿en qué sentido...?
-Hay gente adentro...
-¡vaya...! y vaya mes que llevamos..., las ejecuciones hipotecarias y los lanzamientos por falta de pago de rentas están a la orden del día, y éste que me dices no está en una zona mala...

Continúa el ir y venir de gente, papeles, ordenadores e impresoras trabajando...; de vez en cuando, algún chiste, algún comentario se alza entre los compañeros para hacer más llevadera la jornada...

A la mañana siguiente, el saludo de los guardias civiles:
-¡hola, Inma...!¿cómo se presenta el día...?
-¡uf...! así, así..., a ver si no tenemos que echar mano de los locales para desahuciar a una familia, creo que está todo montado en el piso y ellos adentro..., con esta costumbre del Juez Felipe de notificar por edictos..., así vuelan los pleitos, pero los marrones nos los comemos nosotros...¡hola, compañeros!-saluda a algunos que andan por la oficina-, voy a tomar un café, a ver si me inspira...



A las 9,15 de la mañana está, en la puerta de los Juzgados, el taxi; Conchi va saliendo con la orden de desahucio en la mano e Inma lleva la carpeta con los asuntos del día. Se miran y suspiran, como para darse fuerzas:
-a ver con qué nos encontramos...
Se montan en el taxi y el taxista pregunta:
-¿hay que esperar a la procuradora?
Conchi contesta:
-no, hemos quedado en la casa:Avenida de las Cruces 17, 4º A...

Allá se dirigen, con el presentimiento e que va a suceder algo no muy agradable...
Inma rompe el silencio:
-deberíamos estar acostumbrados ya...¡son tantos a la semana, al mes, al año...!
-Pero hay que ver este Juez, la forma de hacer las cosas. A saber qué nos vamos a encontrar y a qué hora terminaremos hoy...
-¿has oficiado a la policía...?
-No, he pensado , si están adentro los inquilinos y con la casa montada, proponerle a la parte actora un aplazamiento del lanzamiento y así damos tiempo para...
Se miran, un poco desilusionadas.
-Mira que me gusta la dimensión social de la justicia-dice Inma-, pero, en días como hoy, odio mi trabajo...


Se detiene finalmente el taxi frente a una urbanización. Es un laberinto de pisos, enumerados del 1 al 17, y hay que hacer zig-zag para dar con un bloque concreto...
-Espérate aquí-dice Inma a Conchi-, voy a ver si veo a la procuradora y la parte actora...
Se adentra entre los bloques 11 al 14. Vuelve a salir y vuelve a entrar hacia una zona de bloques interiores. Pregunta a una señora:
-por favor, ¿el bloque 14?
-Ahí detrá, mi arma...
-¡Ah!, vale, gracias, señora, ésto es un laberinto...

Se dirige adonde le han indicado y por fin llega a ver, en un espacio entre cuatro bloques interiores, un maletín de cerrajero. Se acerca y ve, en un banco sentados, a Mariló, la procuradora, un matrimonio que suponía debía ser la parte actora o propietarios del piso, un chico joven, y el cerrajero.
-¡Ah, Mariló, aquí estáis...!voy a avisar a Concha, ésto es un laberinto...



Ya todos en la puerta del domicilio, llaman al piso y, como no tiene luz, no suena el timbre; intentan en otro piso.
-¿Quíén es...?, contesta una voz.
-Por favor-dice Inma-venimos del Juzgado. ¿Puede abrirnos? Vamos al 4º A...
Les abren la puerta y entran todos en el portal. Mariló dice:
-creo que no va a haber nadie.
Y Concha:
-Dios te oiga...
Es un bloque sin ascensor y se va oyendo la respiración cansina de cada uno al subir. Al llegar al 4º A, llaman a la puerta repetidas veces:nadie contesta.
-Buena señal-dice Inma y mira a Concha: creo que el cerrajero puede empezar...
A la orden de “ya” comienza el hombre a meter el trombo en la cerradura cuando, de repente...¡se abre la puerta...!
Se para en seco y todos miran con asombro a un hombre, edad media, sin camisa, con pantalón vaquero, descalzo, pelo revuelto y los ojos hinchados de dormir:
-Pero...¿qué demonios...?-comienza a decir-.
Después de mirar al hombre se miran todos, como para darse fuerzas, y toma la palabra Conchi:
-Mire, venimos del Juzgado y tenemos una orden de desahucio que había sido señalado para hoy, 3 de Mayo...
-¿Cómo...?-dice el hombre-; aquí nadie ha notificado nada...
-Se ha intentado-dice Mariló-pero, como se negaban a recoger la notificación, el juez ha acordado notificar el desahucio por edictos...
-Pero...¡yo no puedo sacar las cosas de una familia con tres niños en una mañana...!¡dénme un día...!
Inma, Concha y la procuradora se miran y asienten en un rápido intercambio de miradas, consenso que es roto terminantemente por la parte actora:
-¡ni hablar...!¡un año llevo esperando que se me pague la renta...!¡tiene que irse A-H-O-R-A...!para eso ha venido mi hijo de Málaga...!-y señala al joven allí presente, callado y con cara de circunstancias.
Entonces la procuradora se dirige a Inma y Concha:
-¡mis representados exigen que se haga ahora...!
Y Concha se dirige al hombre:
-Mire, el desahucio llevaba señalado tiempo y la parte actora no puede esperar más, pero, como un favor, vamos a concederle de plazo hasta las 13 horas..., entonces volveremos y cambiaremos la cerradura.
El hombre asiente, entre la sorpresa y el enfado.





A las 13 horas se encuentran todos de nuevo en la plazoleta del bloque,y en la puerta del mismo está el mismo hombre subiendo y bajando bultos en grandes bolsas y cajas;le acompaña una chica joven que no para de llorar y otra que mira, despeinada y acalorada por el esfuerzo, a los del Juzgado y se encara con ellos:
-Yo lo que digo es que si se puede echá de una casa asín, de un día pa´lotro, a una familia con ná'menoh que treh niño...a mí que me lo ehpliquen...
Y la parte actora, entre dientes, dice:
-¿de un día para el otro...?¡y un año entero sin cobrar la renta...!
Y el hombre del desahucio dice, dirigiéndose a la chica que se encaró con el Juzgado:
-déjalos, Ana, que la vida es muy larga, y les pasan cosas malas a la gente...
Concha e Inma mandan callar a todo el mundo. Concha dice:
-No podemos esperar más. Saquen los bultos al portal, subimos a ver el piso y el cerrajero haga su trabajo.
Suben todos en medio del mismo ir y venir de bultos y cajas.
La chica joven va por las estancias sollozando. Concha e Inma se miran, consternadas.
Inma le dice:
-ya está, mujer, es mejor acabar con ésto..., ya no podíais seguir así...; y ahora, ¿adónde váis a ir...?
Y la chica responde:
-A casa de mi madre.
-Pues, ¡venga, mujer, que en esta vida todo tiene remedio menos la enfermedad y la muerte...!
Vuelve a asomarse la mujer acalorada, a la que el hombre llamaba Ana:
-pero, señora, que eh mu güerte, que treh niño a la calle...que somoh mu egoista...
Entra el hombre y saca a las dos, la chica joven y Ana:
-¡venga, vámonos!
Y a l Juzgado con retintín:
-¡y gracias por todo...!




Durante el tiempo que, ya solos, permanecen en el piso, Concha redacta el acta. Le pregunta Inma al joven que acompañaba a la parte actora:
-tú...¡venías de Málaga...?
-Así es, vivo allí, monté una empresa que he tenido que cerrar por la crisis, y me he venido, y claro, necesitaba este piso, que nos estaba costando el dinero...
-Vamos a echarle un vistazo, por si quieres reseñar algo...
-Lo que no me explico es cómo han aguantado tanto aquí-dice la señora, parte actora-; llevaban tres meses sin agua..., se la cortaron por no pagar...
-¿Con tres niños, sin agua...?-casi grita Inma-, pero, ¿cómo...?
Entran a las habitaciones, donde quedan algunos despojos de: ropas, libros y calzado abandonado, y, al entrar en el cuarto de baño...
-¡Agh...!-Inma sale dando arcadas...-¡no es posible...!
Entran Concha y la procuradora, seguidos por el joven y el matrimonio parte actora y no pueden dar crédito a lo que ven:en la bañera, un montón de platos y enseres de cocina, con una costra pegada de residuos de comida; y el lavabo, lleno de una maraña de pelos...







Ya en la puerta, cuando bajan los del Juzgado, el joven y la parte actora, el hombre se dirige a ellos:
-a ver,¿pueden responderme a una pregunta...?coger las cartas ajenas y sacarlas del buzón,¿es robo...?Se miran todos e Inma responde:
-Toda acusación hay que probarla, hombre..., y mira si te merece la pena, llegados a este punto...
-Pues, nos volveremos a ver...

1 comentario:

  1. La frase: "allá se dirigen, con el presentimiento e que va a suceder algo no muy agradable...", delata al narrador. Se ve que no es un narrador deficiente.

    Igual pasa en: "un matrimonio que suponía debía ser la parte actora".

    La expresión: "-Pero...¿qué demonios...?" ¿la dice alguien de verdad en la vida normal?

    Cuando dice: "A-H-O-R-A" ¿no querrá decir: "A-HO-RA"?

    Este relato, que seguro que tenía interés veraz, se ve que ha sido escrito apresuradamente. Y es una lástima. Por ejemplo: lo que ven en el cuarto de baño que hace que grite la funcionaria no está explicado con el detalle que hubiera creado en el lector la misma sensación que le dio a ella.
    Además, mayúsculas, guiones, signos de puntuación. Amamos esto y queremos hacerlo bien. O no lo hacemos.

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