Tiene la visión borrosa, de su frente se deslizan gotas de agua que
caen a sus ojos y se convierten en una
lente que le distorsiona el
enfoque de todo lo que le rodea, es
incomoda esta sensación de no poder ver. Con sus manos se frota los ojos
húmedos pero no consigue eliminar las molestas gotas de agua. Está turbada, su cuerpo está frío y sin embargo su ropa, al tocarla la percibe cálida, no lo comprende.
- ¡Es algo extraño….!- tan extraño como su percepción de ahogo de hace apenas
un instante.
Tienta a ciegas cada parte de su cuerpo, repasándolas con detalle, no
percibe ningún daño ni magulladura, tampoco siente dolor, le congratula. – ¡Es
una buena señal- le da tranquilidad comprobar que todo en él funciona bien. - ¡No
me ha pasado nada! ¡qué suerte Dios, qué suerte!-. Guardaba la sensación de una
bajada vertiginosa pero un lecho mullido
de algo indefinido la había acogido, no había sentido dolor, al menos ese era su recuerdo.
-Parece que no me he hecho daño pero persiste esta sensación gélida e invernal dentro de mí, resulta incomprensible-. Ella viste ropa
deportiva, térmica preparada para aislarse del frío y la humedad. Habitualmente
la compra en lugares especializados, siempre le gustaron las marcas que ofrecen
garantías, resultados óptimos. Volverá a
la tienda donde las compró y les dirá que es un engaño, les llevará las prendas
y les reclamará el dinero y por supuesto no volverá a comprar más en aquel
lugar. - ¡Cómo se pueden vender atuendos
tan caros e inservibles!- sentía coraje por haber sido timada.
Sus ojos siguen sin aclararse, no puede ver con nitidez los objetos
que tiene a su alrededor, … algunas formas,… presencias… parece reconocer. -¡Es
un esfuerzo inútil, no puedo ver casi nada, esta acuosidad en los ojos¡ - . Sigue caminando e intenta orientarse. -¿Dónde
estoy? - se siente inquieta y perdida. Sigue andando sin rumbo y empieza a
sentir nuevos cambios en sí misma, su visión se enfoca un poco más, la humedad
de sus ojos parece desaparecer y se le aclara
la vista. Se da cuenta que una niebla bastante espesa la rodea, es consciente
de no poder controlar lo que sucede, está perdida, completamente desorientada,
perdida y sola. Eso no importa porque es valiente y arriesgada, no hay experiencia
a la cual no se atreva, incluso existe algo de temeridad en su carácter aunque
su mente siempre creativa le salva de todas las circunstancias difíciles que no
ha programado y que suceden. Se considera además analítica, revisa cada detalle
de las aventuras que emprende: Mapas, itinerarios, relatos de viajes realizados
en la zona; todos los puntos importan.- “La vida es maravillosa, es un preciado
don. Se cuida y se disfruta”-. Tiene
contradicciones ó complejidades en su forma de ser, es previsora, lo programa
todo pero frecuentemente se somete a pruebas extrañas muy contrarias a su orden meticuloso, son el fruto de su lado
valiente. Le gusta aventurarse, perderse
a través de lugares inhóspitos con apenas algo de comida, algo de ropa y sola
muy sola; su gran confianza un día la conducirá a su fin-. ¡y qué más da! si la
muerte está escrita en todo lo que existe, es una película transparente como
una tela de araña separando dos mundos, una sola existencia con dos rostros,
los de Jano, el “Dios de los Inicios”,
vida y muerte, pasado y futuro-.
Lo tiene grabado en su piel, dos rostros que miran en dos direcciones opuestas,
un rostro viejo en su palma izquierda otro joven en su palma derecha, siempre
están ahí, recordándoles las dos puertas de la Vida Una, cuando junta sus manos,
los dos rostros se unen formando el símbolo completo y no fragmentado. Une sus
manos para recordar la idea: Vida y Muerte son Una.
Cuando Peter le propuso ser la jefe de la expedición se sintió
alagada, iría al Tibet y explorarían nuevas rutas entre las montañas más altas
del mundo. Cuando decidió hacer aquel viaje sus expectativas eran favorables,
su trabajo suspendido durante un año le permitiría entregarse a la gran
aventura de su vida, la exploración del ignoto Tibet.
La niebla persiste, la visión no es totalmente clara pero le llegan
sonidos, una confusión de sonidos amalgamados que no reconoce ni entiende.
Camina hacia el lugar de donde proceden, por fin logra ver a seres humanos que hablan
acaloradamente.
-¿Qué está ocurriendo?-nadie le responde, todos están pendientes de algo que descansa en
el suelo -. ¿Es que nadie me presta atención?- le provoca enfado el que los
otros no se dirijan a ella- .
-¿Cómo pueden ignorarme así?, esta
situación es incomprensible.
- Me he sulfurado excesivamente, he de calmarme y resolver el problema
con tranquilidad- de sus ojos caen gotas de agua que le aclaran la visión ¡está
llorando!, contempla un cuerpo tendido
en el suelo, su propio cuerpo. Siente lástima porque nadie le escucha, reconoce
a sus amigos, quiere decirles que los quiere que ha descubierto la puerta de la
muerte, que su nueva aventura comienza, ,no está sola, solo perdida. Se
hace consciente de la verdad que
encierra el símbolo de sus manos, al ver que su vida se ha extinguido.- Solo
hay Una Vida, la Muerte no existe.
Despierta y abre los ojos todos la miran contentos de tenerla de
nuevo, ella se ha salvado de la caída a la profunda sima “De los Muertos”.
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