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sábado, 12 de mayo de 2012

RELATO 3 de Enriqueta Bataller de Juan


          LA CITA

    Es sábado y Charlie tiene una cita esta noche.
   Recién levantado va a la cocina de su apartamento y prepara el primer café del día. Hasta que no toma el primer café y se fuma un cigarro no puede hacer nada. Es una de sus costumbres: antes de la ducha matutina enciende un Malboro, aspira la primera calada lentamente hasta lo más hondo de sus pulmones mientras remueve con una cucharilla el café en su taza de porcelana...Que placer... Le gusta el café en esa taza porque se la regaló su madre cuando decidió independizarse y conserva el café caliente durante largo rato. Cada vez que toma café en casa lo hace en esa taza, le da suerte, le relaja ver que todo está en orden, sin cambios.
   Mientras remueve el café y olfatea su delicioso aroma piensa en su amigo Micki. Maldito liante! Se ha empeñado en buscarle novia porque así podrán volver a salir juntos. Desde que Micki se ha casado no sale si no es con Teresa, que si Teresa tal, que si Teresa cual...Realmente Charlie detesta a Teresa, es una listilla que va de tía buena, le ha robado la cabeza a su amigo y le ha convencido de que deben buscarle novia entre alguna de sus amiguitas...
   Él vive muy tranquilo en su apartamento en un barrio de moda de la ciudad y no quiere líos con mujeres. Le gusta vivir solo. A sus treinta y cinco años es un triunfador: tiene un puestazo en una agencia de publicidad importante, es una fiera en su trabajo de creativo: agudo, mordaz e innovador, por eso le pagan una pasta. Tiene chicas cuando quiere, pero solo para un ratito, luego cada uno a su casa que sino ya se sabe que te organizan la vida...
   Por eso, esta mañana de primavera está de mal humor, no sabe por qué acepta estas citas preparadas por las mujeres de sus amigos, no le gusta salir con desconocidas. La verdad es que no le gusta salir tampoco con conocidas, no le gustan las mujeres, no saben divertirse, no saben beber, quieren controlarte y casarse contigo para solucionarse la vida. Lo que le gusta es salir con sus amigos: partida de golf, cerveza en el club y cena en el restaurante mas in de la ciudad, luego a tomar unas copas y fanfarronear un poco delante del grupito de turno que se acerca a ligar con ellos... Y si la noche se da bien .. un rato en tu casa o en la mía y hasta luego... Y así, pensando, sigue dándole vueltas con la cucharilla al café que ya se terminó hace rato,...y es que la cita de esta noche no se le quita de la cabeza.
Por fin se pone en marcha, recoge los restos del desayuno,( solo café y pitillo que hay que mantener los abdominales), y tras una ducha rápida decide poner rumbo al gimnasio para no perder la forma. Es alto, moreno de piel , con pelo y ojos oscuros, bien parecido y con una sonrisa muy seductora, él lo sabe, pero tiene tendencia a engordar, por eso se machaca los sábados por la mañana: pesas, cinta para correr, tanda de abdominales y luego a nadar en la piscina .. Allí se encuentra con Dani, un amigo con quien bromea sobre los planes del sábado noche:
   -Que Charlie, esta noche seguro que has quedado, eh? , seguro que un tipo como tú no pierde el tiempo un sábado por la noche.
   El sonríe callado mientras piensa en la maldita Teresa y en su amiguita. “Seguro que es guapa y divertida y lista pero tiene que tener gato encerrado porque sino ¿Como es posible que a un bombón de treinta años como Selena no tenga plan un sábado noche ? A él no se la pegan”.
Dani le invita a comer en la terraza de gimnasio aprovechando la excelente temperatura al aire libre, mientras recuerdan andanzas de la universidad, más tarde, Dani se despide porque ha quedado con su mujer y su hija en un centro comercial cercano. Charlie apura el café mientras aspira lentamente el humo de su Marlboro y remueve con la cucharilla el azucar que está pegado a la taza. Decide ir de compras, quiere ponerse guapo esta noche, mantener su fama de seductor y encandilar a Selena con su aspecto y conversación.
  Selecciona en su móvil de última generación, una calle de la ciudad repleta de tiendas de ropa y calzado dónde pueda aparcar bien. En realidad no le hace falta nada pero quiere comprar algo. Se prueba una camisa azul marino, de algodón, que con sus jeans favoritos resultará perfecta para esta noche. Decide comprarla. Más tarde ve unos zapatos de piel, tipo mocasín, deportivos pero elegantes, que le sientan como anillo al dedo... se los lleva también. En esa misma tienda hay una dependienta muy mona que está flirteando con él, Charlie no pierde el tiempo y aprovecha para preguntarle en tono sugerente si está siempre en ese turno los sábados. Ella despliega su encanto de vendedora y tras cobrarle un cinturón de piel que quedará estupendo con los zapatos anteriormente adquiridos, le escribe su nombre y número de teléfono en el tícket por si tiene algún problema con el cinturón ... Mira la hora, son las seis de la tarde, es hora de marchar a casa e ir preparándose.
   Una vez en casa se relaja en el sofá de piel blanca que le costó un ojo de la cara, baja un poco las persianas, pone música relajante y decide saborear un café en su taza de porcelana mientras enciende un Marlboro y aspira lentamente el humo. Cierra los ojos, uhmmm., que placer...., entonces imagina a la perfección lo que sucederá pocas horas más tardes: llegará tarde, (ocho y media pasadas), a la terraza donde ha quedado con ella, argumentando problemas para aparcar, le pedirá disculpas y le invitará a una copa antes de la cena. Pedirá un güisqui solo, a las mujeres les gustan los hombres agresivos, y elogiará su vestido, también les gustan los hombres que se fijan, entablará una conversación banal en la que ella se sienta cómoda mientras llega la hora de la cena. Pagará las copas e irán al restaurante donde ha reservado para cenar, sabe que le encantará porque Micki le ha contado los gustos de Selena, pedirá vino tinto de una buena cosecha, decidirá la comida de los dos y le contará esas anécdotas de su trabajo que a todas las chicas les hacen reir. Más tarde vendrá el postre, el Champán y el consabido brindis “por lo que nos depare el destino”, mientras le propone susurrándole al oído ir a un sitio más tranquilo...
Charlie mira el reloj, son más de la diez y Selena no llega. Se ha tomado dos güisquis y empieza a estar mareado, un sudor frío recorre su frente y la lengua empieza a pegarse a su paladar...llama a Micki en busca de una explicación y éste, enfadado, le dice:
   -Otra vez igual? Ya está bien tío, olvídate, Teresa está harta de tus montajes y Selena no quiere verte, deja de atosigarla. Ella te dejo hace un año, vive con otro y no va a volver contigo. No tienes una segunda oportunidad. Está claro?
  Charlie apura su guisqui y sale del restaurante camino al club de moda. Ha refrescado y un viento suave le despeja en la calle. Se encuentra mejor. Decide ir a tomar la última copa al pub de moda caminando, enciende un Marlboro y aspira el humo lentamente mientras piensa : “ Está loca por mí. Me pone a prueba. El próximo sábado seguro que viene a la cita.”

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