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viernes, 8 de junio de 2012

Relato 7 de Enriqueta Bataller de Juan

                                                     LA DERROTA

   Son la siete menos cuarto, el partido empieza a las siete y Curro espera ansioso que el arbitro pite el inicio. Hoy juega su equipo de futbol con el eterno rival y el estadio va llenándose poco a poco de aficionados. Quedan cinco jornadas para que acabe la liga y si el equipo local gana, se asegura una buena posición en los puestos de cabeza.
   Son las siete menos cinco y el estadio está casi lleno pero el asiento de al lado de Curro sigue vacío.
  Hace calor. El tiempo acompaña para ver una buen partido, es una tarde soleada de Abril que anticipa el verano. Curro se quita la bufanda blanquiazul del cuello, la dobla, la coloca sobre su muslo derecho y saca del bolsillo trasero del pantalón vaquero una bolsa de pipas de calabaza. Abre la bolsa y le ofrece a un hombre que esta sentado en la fila de abajo, justo delante de él.
      - Quiere pipas?-dice Curro-. Aún no ha empezado el partido y ya
        estoy nervioso. Comer pipas me distrae.
      - No, gracias, chaval-contesta-.Hoy tu amigo no viene?- pregunta el hombre-,
        mientras dirige la mirada al asiento vacío, junto al de curro.
       - Si-contesta Curro- pero ya sabe que siempre llega con el tiempo justo.


  Curro comienza a comer pipas. Es cuidadoso y tira las cáscaras entre las dos piernas para que no le caigan a los de abajo. Por megafonía anuncian la salida del equipo local, el estadio en pleno se pone en pie, Curro también. Aplaude con energía cuando los jugadores, en el centro del campo, saludan a la afición.
       - A por ellos!! -grita con euforia-.
  Minutos más tarde sale el equipo contrario.
       - Fuera!!! Uuuuuuhhhhh!! Os vamos a meter una paliza...-continua Curro-.
       -Vaya, cómo está el ánimo -le dice un joven de unos venticinco   años  que llega  apresurado 

        ocupa el asiento junto al de Curro-.
      - Hombre tío!-dice Curro-. Tarde, como de costumbre.....
      - El arbitro todavía no ha pitado, no?-contesta Dani-, mientras se sienta a su lado y
        se quita la bufanda del cuello para anudársela a la muñeca derecha.
  El árbitro y los dos capitanes están en el círculo central. Piiiiii. Comienza el partido.
      - Justo a tiempo- dice Dani- mientras le da con el codo izquierdo a Curro.
      - Calla y mira -contesta Curro-.


  Los primeros minutos del partido transcurren sin emoción, los locales están
dominando pero no acaban de rematar la jugada. No hay ocasiones claras de gol. Curro
ha dejado de comer pipas y aprovecha el parón del juego, por la lesión de un jugador,
para decirle a su amigo:
      - Estas muy callado, chaval. Somos amigos desde hace años, socios de la Real hace
       más de cinco temporadas, y es el primer partido que, en el primer cuarto de hora,
       aún no has puesto al árbitro a parir. A ti te pasa algo.
      - Eh? –responde Dani-
      - ¿Pero que pasa?..llevamos un buen rato de partido, aún no hemos marcado y tú
        dices eh??
      - Perdona, estoy distraído-contesta Dani-.


  El público está puesto en pie, una gran jugada del delantero local ha terminado en gol
y todo el mundo lo celebra. Curro agita su bandera al aire mientras salta de alegría.
Daniel aplaude con la mirada perdida.
      - Pero que pasa, Dani? Uno a cero en el minuto ventidos, anímate que esto
        promete...
      - Ya, ya...-contesta Dani-, mientras continua con la mirada perdida. Estoy jodido.
Curro gira la cabeza hacia su amigo y le mira atentamente.
      - Paula me engaña-continua Dani-.
      - Anda hombre...si lleváis casi dos años viviendo juntos-contesta Curro-.
      - Paula me engaña -repite Dani.-
      - Por qué lo sabes?-pregunta Curro –, mientras desplaza toda su atención a su
        amigo, pareciendo olvidarse por un momento del partido.
      - Hace dos semanas, el martes por la noche, me manda un mensaje por el móvil

         diciendo que llegará tarde a casa porque va a casa de su madre.
      - Y ¿ Qué?-responde Curro-.
      - Que yo llamo a casa de su madre a las diez, porque quería recordar a Paula que
       cogiera unos CD de música de su casa, y su madre me dice que ni está ni sabía
       que fuera a ir. Me extrañó, pero no dije nada. A la una de la madrugada entra
       Paula en casa, yo esperándola en el salón. “ Hola Paula, ¿de donde vienes? –le
       dije yo-. “Vengo de casa de mi madre.” –dijo ella titubeante-.
         >>Yo le digo que he hablado con su madre y que allí no ha estado. Ella se
       calla, se va al baño, se da una ducha y cuando sale me dice :”Estoy muy cansada,
       me voy a dormir”
         >>Ya está, no tienes nada más que decirme?-pregunto yo-.“ Sí”-responde ella-,
      “ No tengo porqué darte explicaciones“.
      - Bueno hombre, eso no significa nada -responde Curro-, mientras gira la cabeza y
       mira el partido. Venga, pasa la pelota que te la van a quitar!!-grita Curro-.
       Arbitrooo faltaaaa, es que no lo ve?
     - El jueves por la tarde –continua Dani- llego a casa a las siete de la tarde y Paula
       se está arreglando en nuestro cuarto. “ Donde vas”-pregunto yo-.“ He quedado
       con María” –dice ella-, “mi amiga del colegio que ha tenido una niña hace poco y
       tengo un regalo para darle”. “ ¿Y para quedar con ella te pones ese traje negro tan
       corto y ajustado?”- pregunté yo-. “ Quiero que mis amigas me vean guapa”-
       contestó ella-.“ Una cosa es que te vean guapa y otra cosa es que parezca que vas
       a ligar por ahí”- dije-.“ Que exagerado eres”-me contestó-“ pareces mi padre”.
        >> Y se marchó. Y yo solo toda la tarde. Fuí al bar de al lado, tomé unas
      cervezas mientras veía el partido de futbol, volví a casa, cené y después de
      esperarla un buen rato me acosté. Debió llegar a las tantas, no la escuché entrar”.


    El público se pone en pie. Se escuchan gritos de “fueraa!!”. El equipo visitante ha
marcado. Los aficionados locales reclaman fuera de juego pero el gol sube al
marcador en el minuto cuarenta y tres de la primera parte.
     - Arbitrooo cabrón!-grita Curro exaltado-Estas comprado!!. Pero ¿has visto?-
       pregunta Curro mirando a Daniel-.
     - Sí-dice Daniel-. Vaya mierda de gol. Así no hay manera de ganar la liga...


    El partido continua. El equipo local hace una jugada excelente pero el portero rival,
tras una gran parada, evita que suba el segundo tanto al marcador. Piiiiii, pita el
árbitro. Fin del primer tiempo.
    Los dos amigos se levantan. Curro deja la bufanda en el asiento, saca de nuevo la
bolsa de pipas, ofrece a Dani, que rechaza la invitación, y él empieza a comer.
    - Vaya primer tiempo-dice Curro- podríamos ir ganando y mira....
    - Si, un desastre-contesta Dani-.
    -Venga hombre anímate -dice Curro con desenfado-. Hay un montón de tías por ahí,
     si ella te engaña, pasa de ella y vete con otra...
    - Como tú-responde Dani-. Rollos sin ataduras...
    - Claro-confirma Curro-.
    - Pero es que encima sospecho que me la está pegando con algún conocido mío-
       dice Dani-.Y por tonto no paso.
     - No te comas la cabeza, pasa de ella y se acabó.
     - La muy......me dice el miércoles pasado que se va al cine con un amiga porque
     como yo me voy a jugar al futbol....
     - Y qué quieres? –pregunta Curro- Que se quede en casa esperando?
     - No, pero deberías haber visto la cara que puso cuando le dije.” Y tú porque sabes
       que hoy tengo partido de futbol?”. “Porque me lo has dicho tú”-dijo ella. “No
       bonita-respondí yo-. Me lo han dicho esta misma mañana”.
        >>Y ella se calla como una muerta. Se da la vuelta, se mete en el cuarto y al
      rato sale vestida como si se fuera de fiesta.
    - Bueno chico, se lo imaginaría-dice Curro-.
    - No todos los miércoles jugamos al futbol, precisamente esa mañana tú me
      llamaste para confirmar que había partido esa tarde porque no llovía -respondió
      Dani-. Por cierto tú tampoco viniste esa tarde a jugar...
    - Si, surgió un imprevisto. Respecto a Paula, creo que estas dándole muchas
      vueltas a la cabeza...-dice Curro-. Pasa de ella y ya está.
    - Creo que sé quien puede ser-dice Dani-.


     Curro escupe una cáscara de pipas con tal fuerza que cae dos filas más abajo, sobre el
hombro de un aficionado.
    - Un poco de cuidado, no?-dice el hombre-.
    - Usted perdone-contesta Curro-.


    Ha terminado el descanso. Los equipos salen de los vestuarios. Va a empezar el
segundo tiempo. Daniel se sienta. Curro coge la bufanda del asiento, se sienta, coloca
la bufanda sobre las piernas y guarda la bolsa de pipas en el bolsillo trasero del
pantalón.
    - Á por ellos –grita Curro-.
    - No quieres saber quién creo que es?-pregunta Dani-.
    - No-responde Curro-. Creo que es una paranoia tuya.
    - Creo que es el imbécil de Julio Sincler. Cada vez que Paula ha venido a verme
jugar no ha parado de decir: “ Que bien juega ese tal Julio”, y seguía: “Y que
mono”. El viernes pasado nos lo encontramos por el barrio y Julio dijo: “ Hola
Paula, que guapa estás”. “Que bobo”-dijo ella- “ será que me miras con buenos
ojos”-continuó hablando - mientras le sonreía encandilada...
    >>Y yo mirando la escena sin saber que decir. “ A ver si nos vemos un día “-
dijo Julio al despedirse-. “Claro, los tres -dije yo-, con toda la mala leche del
mundo” .
    >> Creo que es él.
    - Puede ser –dice Curro-.Venga sigue, sigue con el balón, chutaaa..-grita Daniel-.
     Si no marcamos pronto esto se va a poner muy feo.
    -Como no saque a Roberto del banquillo, no vamos a marcar-dice Dani con poco
      ánimo-.
   - Pues que lo saque-responde Curro-.


     El tiempo pasa y ningún equipo consigue marcar. El ambiente se caldea. Curro se
levanta e insulta al árbitro repetidas veces. Daniel sigue callado, juega a mover las
cáscaras de pipas del suelo con los pies. Está distraído.
     - Que vas a hacer? –pregunta Curro sin apartar la vista del campo de juego-.
     - No sé -dice Dani- , mientras sigue moviendo cáscaras con el pie derecho.
     - Olvidate -dice Curro-.Vete del apartamento, busca otra chica y ya está.


     Quedan cinco minutos para el final del partido. Una incursión por la banda derecha del equipo contrario acaba en gol. El uno a dos sube en el marcador. El público en pie silba enfadado.
     - Joder!!mierda, mierda!! –dice Curro-. Te lo dije, al final nos amargan la liga.
     - Que haces este martes?-pregunta Dani-. Podríamos tomar una cerveza ...


     El árbitro pita el final del partido. El equipo local ha perdido. El público en pie
abuchea al árbitro y al entrenador local. Los aficionados, en pie, comienzan a salir del
estadio con orden.
     - Inútiles, vagos!! -grita Curro mirando como los futbolistas se retiran-. Con lo que
       cobran -dice mirando a Dani-
     - Que me dices de lo del martes?-insiste Dani-. Nos vemos ?


   Los dos se levantan y comienzan a caminar lentamente, llegan a las escaleras y bajan
despacio hasta llegar a la calle.
    - Eh?-dice Curro-
    - El martes...-recuerda Dani-.
    - El martes no puedo, he quedado.
    - Vaya, todo el mundo ha quedado el martes-dice Dani-. Paula ha quedado, tú no
       puedes...


    Los dos amigos van caminando hasta la parada de metro. Se quedan parados
mirándose frente a frente.
    - Si no me cuentas nada más yo me quedo aquí- dice Dani-, mientras baja un
      escalón de la boca de metro.
     - Yo sigo caminando-dice Curro-. Y animo, que no es para tanto. Ya ganaremos la
       próxima semana.

    Dani comienza a bajar escaleras. Curro camina lentamente. Cuando Dani es tragado
por la boca de metro, Curro le dice a su amigo sabiendo que no le escucha:
     - Y dile a Paula que se ponga otra vez el vestido negro de aquel martes... estaba
      preciosa.


   Curro comienza a andar a paso ligero. Dani, cabizbajo, se aproxima al andén. Se
acerca el metro, la gente se agolpa esperando que se abran las puertas.
     - Que chaval, habéis perdido?-dice un hombre mayor-, que por su indumentaria, no
        parece salir del estadio.
     - Si, ya lo creo. Esta tarde he perdido una novia y he perdido un amigo -responde
       Dani-. Al menos ella tuvo el valor de contármelo.

     La puerta del metro se abre. Dani entra en el vagón, está perdido entre la multitud. Se
cierran las puertas. El metro comienza a andar lentamente mientras Dani mira por la
ventana como todo comienza a moverse, primero despacio, luego más rápido hasta que

todo se vuelve negro. El vagón está dentro del túnel. También él está dentro de un túnel.

  

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