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miércoles, 13 de junio de 2012

1º RELATO Ana Mª Alvarez. Carta. VIAJE A PARÍS

1º RELATO  Ana  Mª Alvarez. Carta.   VIAJE A PARÍS

Querida Macarena.
            En tu última carta me pedías que te hablara de   cómo me había ido  mi estancia  en París. Te cuento:
 Creo  ya  te  dije,  que la  oportunidad  me surgió  a través de un  intercambio de  estudiantes  universitarios  de   diferentes países europeos y americanos, con Sevilla.  Tuve la suerte de que  una de las dos becas que concedieron a  de la facultad de medicina, me la dieran a mi. El motivo principal  aducido fue : Continuar  con  los  estudios  de investigación  que había comenzado a principios de curso  sobre el enanismo hipofisario. -Como sabes, tengo  interés en que esta  sea  mi    tesis doctoral cuando acabe la carrera-.  Mi ilusión  sin embargo era  conocer París
Viajé sola, pero eso  no supuso ningún problema para mi. Fue  una aventura  y un reto muy agradable      
Varios días  antes,  empecé   a pensar  en la maleta.  Hice una lista de todo lo que iba a necesitar. El clima  en verano a veces  es desconcertante en París.  Me llevé también  algún  traje de  entretiempo, por si la temperatura bajaba.- ¡Me vinieron fenomenal! - 
Metí también en la maleta   todo  el material  de investigación  que  necesitaba  para proseguir en Paris con el trabajo iniciado  en   Sevilla,   sobre el enanismo hipofisario:  2 pequeños libros básicos,  nuestros resultados  preliminares y los últimos artículos  bibliográficos.  Quedé satisfecha   porque  pude meter todo lo que precisaba en una maleta.   
Puse  el despertador algo inquieta por si lo oía, pero en la confianza de que nunca me había fallado. Apenas  puede dormir a causa del calor y de la inquietud.
Salí el 26 de junio  muy temprano de casa. Todavía no  había amanecido. En el cielo   había  muchas   estrellas. La  luna   era, llena,  grande, espectacular. Apenas se notaba la oscuridad de  la noche
Papá y mamá   me acompañaron  a la estación. Llegamos con tiempo para factura la maleta. Poco después    el mozo de tren, dio la señal de partida con la banderilla   roja y su típico  silbato.   La máquina  le  respondió  y sus ruedas  se comenzaron a deslizar  con "  su traqueteo del cha-ca-cha ".
El tren,  era  algo  incómodo, En  mi  vagón  iban otros cinco pasajeros  Dos chicas jóvenes  y un matrimonio con un hijo  pequeño. Eran  agradables , y el viaje fue distraído
 Durante el trayecto  se me ocurrió bajar el cristal de  la ventanilla   para ver el paisaje, y al asomarme me entró  carbonilla  procedente de la  locomotora en  los ojos.  Quedé  muy  molesta  durante un rato
En  Madrid, tomé  un taxi   para ir  de  la estación de  Atocha a la estación del Norte . Allí  cogí  el rápido  para  Hendaya, primer pueblo de Francia  Cuando el tren llegó a     Irún ,  que como sabes es la última ciudad de España, - muy dada  por entonces, al estraperlo - me esperaba  tío Paco,  que como  Jefe de Maquinista de aquella zona   se movía con una enorme soltura y conocía muy bien los trámites que yo tenía que hacer.  Tan detallista como siempre, no se olvidó de llevarme  los pasteles que sabe que  tanto  me gustan  Me  acompañó  hasta pasar la frontera   Una vez en  Hendaya me  acomodó  en el  rápido   que iba    directo a París.  Los compañeros de vagón   fueron  divertidos, sobre todo   dos franceses  que venían de visitar  Salamanca.  Contaron  anécdotas muy  simpáticas . Nos reímos  mucho    
 Cuando  llegué  a París,  me estaba  la esperando de pié en el  andén David, estudiante  del  último curso de medicina. Llevaba una gorra azul marino con visera. Esa seria la señal convenida  para que pudiera identificarle
Era  de  mediana estatura, fuerte,  moreno, con ojos negros, pequeños y brillantes No  era guapo, pero  resultaba agradable  y tenía  buena presencia . Vestía un  pantalón de color beig claro y una camisa de cuadros.   Tenía el  encargo  de recibirme    y  acompañarme  a la residencia  que me habían  asignado.  No hablaba  absolutamente nada de español. -¡Menos mal  que yo me podía  defender  en  francés!
  Después de  saludarnos fuimos a  facturación.  Allí revisaron una y otra vez el ticket  que me dieron en  Sevilla,  pero  nos  llevamos  la sorpresa de la maleta no apareció. Fuimos  al   mostrador  de  reclamaciones.  El empleado   hizo delante de nosotros,   varias llamadas telefónicas  pero  le fue imposible  encontrar ninguna pista para poder localizarla.  Desesperanzada,  decidí   rellenar un impreso  con  mis datos personales, en el que se especificaban las características de la maleta: tamaño, color ,forma .etc   Estaba muy disgustada  .Todo lo veía negro.   Me parecía increíble  que  se hubiera  podido perder  el equipaje  en un viaje de tren. En la maleta llevaba  en ella todo  lo que iba a necesitar en Paris: ropa, calzado,  neceser , etc y por si eso fuera poco. Todo  lo  relacionado con  el trabajo de investigación  que iba a desarrollar    Esa maleta, era mi  único equipaje  
David me tranquilizó,  pero para mis  adentros,    imaginaba  que  no se  estaba dando  cuenta  del  sofocón. que yo tenía, y  de lo que la   pérdida  de la  maleta  significaba  para mi.  Incluso llegué a pensar: “los hombres parece que están hechos de otra pasta “
De todas formas me ayudó mucho su amabilidad y  su compañía. Se  portó fenomenal conmigo, me invitó ese día a cenar   y  prometió   recogerme  al día siguiente  para acompañarme a la estación, No dudaba  de que la maleta aparecería

Cuando fuimos de nuevo a la estación, nos dirijimos al despachjo de reclamaciones . La maleta todavía no había llegado, pero estaba localizada  y en 24 horas la podría tener conmigo.  Respiré profundamente. Eso  fue  un gran   alivio para mí y  mi agobio  comenzó a desaparecer
La  cortesía  de David,  poco común en los franceses, me hizo olvidar los inconvenientes de estar ese día sin la maleta. Me dedicó  el día  entero.  Quiso que nos sentamos en un café, para   antes que nada  me hiciera  la idea  de la ciudad. Sacó un plano,  del  portafolios que llevaba, y  me lo  explico detenidamente. En él   señalizó los sitios que    de mayor interés para mi.  Me dio   unas ideas generales  sobre  como desenvolverme mejor   en: metros, tiendas, cafeterías, monumentos y sitios típicos .  Después  fuimos a comer a un gigantesco comedor  universitario  que ocupaba las  ocho plantas de un mismo edificio

Cuando por fin recuperé  la maleta, parecía una mujer nuevo.  Comenzó mi vida normal.
Por las mañanas iba  diariamente al hospital. Pasaba  visita con el Prof. Julian Marie  y dedicaba todos los días unas  horas al trabajo de investigación.
 Por las tardes  salía a pasear  para  visitar Paris,  con mis compañeros de residencia  Eran todos  estudiantes de medicina de diferentes nacionalidades  europeas. Fue fenomenal 
Al atardecer íbamos  casi siempre  al muelle. Algunos  españoles se acompañaban de   bandurrias y guitarras,   Ellos  eran los que mas jaleo armaban y los primeros  que empezaban a cantar, y después los demás los seguíamos  Todos acabábamos  cantando a grito “pelao”  algunas canciones del momento,  canciones de otros países y  sobre todo canciones  españolas,  y  de la tuna. Las personas que pasaban por allí, nos hacían corro y aplaudían. Eso nos animaba aún más.    
El espectáculo era maravilloso.  En frente teníamos el hermoso paisaje nocturno iluminado  de  la isla de la Cité.  rodeada por  el río Sena , por el cual  navegaban  los barcos  adornados con numerosas bombillas  encendidas, que le  daban a   noche    un encanto característico,

París no me decepcionó. Es una ciudad llena de magia y de encanto. Todo en ella es bonito. La Torre Eiffel, los Jardines de  Trocadero, el Arco del triunfo, la Plaza de la Concordia, la subida a  Monmartre, sembrada  de pintores que hacen fotografías al aire libre. La  impresionante escalinata que sube hasta  el Sagrado Corazón , Y el elevado mirador desde donde se  puede divisar todo París. El Panteón. Los  bulevares de S. Michel y  S. Germain. La Isla  de la Cite.  La hermosa Catedral gótica. Etc. Si te digo la verdad me resulta difícil  seleccionar  que es lo  que más me gustó. (..)   Me agradaría describirte una a una mis experiencias, pero  me resulta completamente imposible . Me falta tiempo)

En resumen.  El viaje ha sido maravilloso, y las vacaciones inolvidables, Quizá unas  de las mejores de mi vida.  Disfruté  y  a la vez  aprendí  mucho con la experiencia de las maleta … Aprendï  a  tener paciencia y a  saber relativizar las cosas . Los disgustos no sirven  para nada  Al final todo se arregla. Y…. como me decía una amigo:  No te importe nunca  lo que pase… Porque  si   pasa… ¿Qué importa?  Y …  Si te importa  ¿Qué pasa?.
Lo cierto es que me lo pasé mucho mejor de lo que esperaba y  fui muy feliz. 
¿Podrás venir pronto a Sevilla? Tengo muchas ganas de verte
Muchos besos de papá y mamá
 Hasta pronto 
Un abrazo
Ana Mª

 

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