1º RELATO Ana Mª Alvarez. Carta. VIAJE A PARÍS
Querida Macarena.
En tu última carta me pedías que te hablara de cómo me había ido mi estancia en París. Te cuento:
Creo ya te dije, que la oportunidad me surgió a través de un intercambio de estudiantes universitarios de diferentes países europeos y americanos, con Sevilla. Tuve la suerte de que una de las dos becas que concedieron a de la facultad de medicina, me la dieran a mi. El motivo principal aducido fue : Continuar con los estudios de investigación que había comenzado a principios de curso sobre el enanismo hipofisario. -Como sabes, tengo interés en que esta sea mi tesis doctoral cuando acabe la carrera-. Mi ilusión sin embargo era conocer París
Viajé sola, pero eso no supuso ningún problema para mi. Fue una aventura y un reto muy agradable
Varios días antes, empecé a pensar en la maleta. Hice una lista de todo lo que iba a necesitar. El clima en verano a veces es desconcertante en París. Me llevé también algún traje de entretiempo, por si la temperatura bajaba.- ¡Me vinieron fenomenal! -
Metí también en la maleta todo el material de investigación que necesitaba para proseguir en Paris con el trabajo iniciado en Sevilla, sobre el enanismo hipofisario: 2 pequeños libros básicos, nuestros resultados preliminares y los últimos artículos bibliográficos. Quedé satisfecha porque pude meter todo lo que precisaba en una maleta.
Puse el despertador algo inquieta por si lo oía, pero en la confianza de que nunca me había fallado. Apenas puede dormir a causa del calor y de la inquietud.
Salí el 26 de junio muy temprano de casa. Todavía no había amanecido. En el cielo había muchas estrellas. La luna era, llena, grande, espectacular. Apenas se notaba la oscuridad de la noche
Papá y mamá me acompañaron a la estación. Llegamos con tiempo para factura la maleta. Poco después el mozo de tren, dio la señal de partida con la banderilla roja y su típico silbato. La máquina le respondió y sus ruedas se comenzaron a deslizar con " su traqueteo del cha-ca-cha ".
El tren, era algo incómodo, En mi vagón iban otros cinco pasajeros Dos chicas jóvenes y un matrimonio con un hijo pequeño. Eran agradables , y el viaje fue distraído
Durante el trayecto se me ocurrió bajar el cristal de la ventanilla para ver el paisaje, y al asomarme me entró carbonilla procedente de la locomotora en los ojos. Quedé muy molesta durante un rato
En Madrid, tomé un taxi para ir de la estación de Atocha a la estación del Norte . Allí cogí el rápido para Hendaya, primer pueblo de Francia Cuando el tren llegó a Irún , que como sabes es la última ciudad de España, - muy dada por entonces, al estraperlo - me esperaba tío Paco, que como Jefe de Maquinista de aquella zona se movía con una enorme soltura y conocía muy bien los trámites que yo tenía que hacer. Tan detallista como siempre, no se olvidó de llevarme los pasteles que sabe que tanto me gustan Me acompañó hasta pasar la frontera Una vez en Hendaya me acomodó en el rápido que iba directo a París. Los compañeros de vagón fueron divertidos, sobre todo dos franceses que venían de visitar Salamanca. Contaron anécdotas muy simpáticas . Nos reímos mucho
Cuando llegué a París, me estaba la esperando de pié en el andén David, estudiante del último curso de medicina. Llevaba una gorra azul marino con visera. Esa seria la señal convenida para que pudiera identificarle
Era de mediana estatura, fuerte, moreno, con ojos negros, pequeños y brillantes No era guapo, pero resultaba agradable y tenía buena presencia . Vestía un pantalón de color beig claro y una camisa de cuadros. Tenía el encargo de recibirme y acompañarme a la residencia que me habían asignado. No hablaba absolutamente nada de español. -¡Menos mal que yo me podía defender en francés!
Después de saludarnos fuimos a facturación. Allí revisaron una y otra vez el ticket que me dieron en Sevilla, pero nos llevamos la sorpresa de la maleta no apareció. Fuimos al mostrador de reclamaciones. El empleado hizo delante de nosotros, varias llamadas telefónicas pero le fue imposible encontrar ninguna pista para poder localizarla. Desesperanzada, decidí rellenar un impreso con mis datos personales, en el que se especificaban las características de la maleta: tamaño, color ,forma .etc Estaba muy disgustada .Todo lo veía negro. Me parecía increíble que se hubiera podido perder el equipaje en un viaje de tren. En la maleta llevaba en ella todo lo que iba a necesitar en Paris: ropa, calzado, neceser , etc y por si eso fuera poco. Todo lo relacionado con el trabajo de investigación que iba a desarrollar Esa maleta, era mi único equipaje
David me tranquilizó, pero para mis adentros, imaginaba que no se estaba dando cuenta del sofocón. que yo tenía, y de lo que la pérdida de la maleta significaba para mi. Incluso llegué a pensar: “los hombres parece que están hechos de otra pasta “
De todas formas me ayudó mucho su amabilidad y su compañía. Se portó fenomenal conmigo, me invitó ese día a cenar y prometió recogerme al día siguiente para acompañarme a la estación, No dudaba de que la maleta aparecería
Cuando fuimos de nuevo a la estación, nos dirijimos al despachjo de reclamaciones . La maleta todavía no había llegado, pero estaba localizada y en 24 horas la podría tener conmigo. Respiré profundamente. Eso fue un gran alivio para mí y mi agobio comenzó a desaparecer
La cortesía de David, poco común en los franceses, me hizo olvidar los inconvenientes de estar ese día sin la maleta. Me dedicó el día entero. Quiso que nos sentamos en un café, para antes que nada me hiciera la idea de la ciudad. Sacó un plano, del portafolios que llevaba, y me lo explico detenidamente. En él señalizó los sitios que de mayor interés para mi. Me dio unas ideas generales sobre como desenvolverme mejor en: metros, tiendas, cafeterías, monumentos y sitios típicos . Después fuimos a comer a un gigantesco comedor universitario que ocupaba las ocho plantas de un mismo edificio
Cuando por fin recuperé la maleta, parecía una mujer nuevo. Comenzó mi vida normal.
Por las mañanas iba diariamente al hospital. Pasaba visita con el Prof. Julian Marie y dedicaba todos los días unas horas al trabajo de investigación.
Por las tardes salía a pasear para visitar Paris, con mis compañeros de residencia Eran todos estudiantes de medicina de diferentes nacionalidades europeas. Fue fenomenal
Al atardecer íbamos casi siempre al muelle. Algunos españoles se acompañaban de bandurrias y guitarras, Ellos eran los que mas jaleo armaban y los primeros que empezaban a cantar, y después los demás los seguíamos Todos acabábamos cantando a grito “pelao” algunas canciones del momento, canciones de otros países y sobre todo canciones españolas, y de la tuna. Las personas que pasaban por allí, nos hacían corro y aplaudían. Eso nos animaba aún más.
El espectáculo era maravilloso. En frente teníamos el hermoso paisaje nocturno iluminado de la isla de la Cité. rodeada por el río Sena , por el cual navegaban los barcos adornados con numerosas bombillas encendidas, que le daban a noche un encanto característico,
París no me decepcionó. Es una ciudad llena de magia y de encanto. Todo en ella es bonito. La Torre Eiffel, los Jardines de Trocadero, el Arco del triunfo, la Plaza de la Concordia, la subida a Monmartre, sembrada de pintores que hacen fotografías al aire libre. La impresionante escalinata que sube hasta el Sagrado Corazón , Y el elevado mirador desde donde se puede divisar todo París. El Panteón. Los bulevares de S. Michel y S. Germain. La Isla de la Cite. La hermosa Catedral gótica. Etc. Si te digo la verdad me resulta difícil seleccionar que es lo que más me gustó. (..) Me agradaría describirte una a una mis experiencias, pero me resulta completamente imposible . Me falta tiempo)
En resumen. El viaje ha sido maravilloso, y las vacaciones inolvidables, Quizá unas de las mejores de mi vida. Disfruté y a la vez aprendí mucho con la experiencia de las maleta … Aprendï a tener paciencia y a saber relativizar las cosas . Los disgustos no sirven para nada Al final todo se arregla. Y…. como me decía una amigo: No te importe nunca lo que pase… Porque si pasa… ¿Qué importa? Y … Si te importa ¿Qué pasa?.
Lo cierto es que me lo pasé mucho mejor de lo que esperaba y fui muy feliz.
¿Podrás venir pronto a Sevilla? Tengo muchas ganas de verte
Muchos besos de papá y mamá
Hasta pronto
Un abrazo
Ana Mª
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