Cuando la saludé estaba con su marido. Era una mujer joven, alta, elegante, esbelta Su cara llevaba reflejado un profundo dolor.
Me contó la historia
Sus niños jugaban el jardín. Ella hacía punto, y su marido estaba relajado y sentado a su derecha, leía el periódico. De pronto una de las niñas gritó fuerte
- " mamá “
Era María Fué rápido hacia ella.
- ¿Qué te pasa? - Estaba saltando a la cuerda, y de pronto me ha dado un dolor muy fuerte en una pierna, y no la puedo mover.
- ¿Te has caído?
- No mamá.
- ¿Donde te duele?
- Aquí, dijo la niña, señalándose la pantorrilla derecha.
- Le tocó con la mano en el sitio que la niña indicaba y presionó con los dedos en esa zona
¿Te duele mucho?
¡Aay!. Si, me duele mucho.
- No te preocupes. Pronto se te pasara Te llevaremos al médico.. - Yo no quiero ir a1 médico. Me da mucho miedo. No quiero que me dejes sola. No quiero que me pongan inyecciones
- No te preocupes, yo estaré siempre a tu lado. El dolor se te quitará.
La llevaron al médico de urgencias. Le hicieron una radiografía. Se descubrió una lesión en una pierna, que podía ser grave-Hay que operar dijo el doctor
- Pero ¿Cuándo? ¿Es importante lo que tiene?
- Todavía no lo sé. Es preciso hacer una biopsia lo más pronto posible
Cuando llegaron a mi, ya venían con el resultado de la biopsia, y con bastantes estudios de imagen. Maria tenía una tumoración maligna de huesos. El pediatra me la derivaba porque habría que poner tratamiento con quimioterapia y radioterapia, y eso solo se puede hacer en la planta de Oncología Infantil
Después de charlas un rato con María, para que se adaptara al ambiente del hospital, quedó ingresada en la Unidad de Oncología del Hospital Infantil . Tenía 7 años. Era una criatura maravillosa, alegre, simpática, educada, cariñosa. pero tenía mucho miedo a los inyecciones . Yo diría que verdadero terror. Estaba asustada. Le pregunté la causa de ese pánico para tratar de tranquilizarla.
Le espantaba ver batas blancas, y tenía terror a los pinchazos. El hospital era algo desconocido para ella No podía tener los hermanos a su lado, Echaba de menos a Nina, a quien ella más quería y con la que más confianza tenía. Y que era un poco mayor que ella, Tampoco podía jugar con sus amigos.
Le espantaba ver batas blancas, y tenía terror a los pinchazos. El hospital era algo desconocido para ella No podía tener los hermanos a su lado, Echaba de menos a Nina, a quien ella más quería y con la que más confianza tenía. Y que era un poco mayor que ella, Tampoco podía jugar con sus amigos.
Además pudo ver como los niños que hacían trabajos manuales en la sala de juegos estaban casi todos “calvitos”.
-Dra. ¿Yo tambien quedaré calva?. Me preguntó María
- Bueno, eso depende de cómo responda tu cuerpo al tratamiento.
- ¿Cómo responderá?
- No lo se. No te puedo asegurar nada. Lo que si te puedo decir es todos estos niños que ahora tienen su cabecita como una bola sin pelo, dentro de muy poco tiempo, cuando dejen de tomar las medicinas que les están dando tendrán un pelo muy bonito les saldrá mucho más fuerte que el tenían antes de entrar en el hospital
Poco más tarde quedó dormida abrazada a su pequeña mascota.
Continuará…
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