Alguno de vosotros (no muy ducho, por lo que se ve) entró en nuestro blog por blogger y lo ha asociado a su cuenta que es marcantmafe@gmail.com

Ahora mismo hay que meter como nombre de la cuenta ese correo y como clave la misma que os di en clase.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Relato 1 de Teresa Salazar

 (Y con éste ya están todos los relatos)

Sin noticias de Starbucks

Estimada profesora Ls*jac:

Antes que nada, me gustaría agradecerle una vez más la fe que depositó en mí cuando le recomendó al departamento de estudios bioculturales extraplanetarios que me otorgaran la beca. Gracias a ésta, mi investigación sobre las manifestaciones religiosas del terráqueo humano progresa a la perfección. Desde que fui transportado a la Tierra, he logrado recopilar una gran cantidad de información que estoy seguro cambiará la forma en la que percibimos a los seres humanos.

Sin embargo, si le escribo este mensaje hoy, es porque necesito de su sabio consejo una vez más.

A lo largo de mis investigaciones he descubierto algo que ha hecho que me replanteada el objetivo de esta misión.

Todo comenzó haces unas semanas (ruego disculpe que utilice esta medida terrícola del tiempo. Me temo que todavía estoy teniendo problemas para recordar cuál es el ratio de conversión entre los días terrestres y los de nuestro propio planeta), cuando salí del punto 37.385670, -5.993133 en busca de víveres.

Si ha leído mis impresiones preliminares, sabrá que en los últimos siglos los templos religiosos terrestres han adquirido un valor turístico que a menudo sobrepasa su valor religioso. Debido a esto, el templo que estoy estudiando se encuentra rodeado de establecimientos donde los turistas pueden comprar alimentos de muy diverso tipo. Seleccioné uno y entré en él.

El establecimiento en el que había entrado es denominado por los locales "Starbucks". Ya antes de entrar me había sorprendido la gran cantidad de locales de venta de alimentos de este tipo que hay en la zona: En las calles que rodean al punto 37.385670, -5.993133, hay no menos de tres Starbucks.

He de confesar que me sentía bastante intrigado por este hecho. Usted conoce bien cómo es realizar trabajo de campo en un planeta desconocido. Independientemente de cuál sea el tema que se esté intentando investigar, siempre surgen preguntas externas a la causa central del viaje. Es la búsqueda de conocimiento que mueve a todo buen científico y lo incita a buscar respuestas a preguntas que jamás habría pensado en formular antes del viaje.

Mentiría si dijese que esta curiosidad científica no fue una de las razones por las que aquel día escogí almorzar en un Starbucks. En el interior de mi propia mente, ya había formulado dos tímidas hipótesis que buscaban explicar por qué los establecimientos de este tipo eran tan frecuentes. Mis hipótesis eran que, o bien los alimentos a la venta en estos locales eran de una calidad excepcional, o bien eran extremadamente baratos.

¡Cuál fue mi sorpresa al encontrar que no era así! No sólo los precios del Starbucks al que entré eran más altos de los ya de por sí inflados de las calles circundantes al punto 37.385670, -5.993133, sino que además no fui capaz de apreciar ningún tipo de diferencias entre la calidad de los productos que ofrecían y la de otros establecimientos de la zona, ni siquiera a un nivel molecular.

Intrigado por mi descubrimiento, empecé a buscar la razón de la popularidad de los Starbucks. Una a una, fui desechando todo tipo de hipótesis, desde aquellas que se referían a la comodidad relativa de los asientos de estos locales con respecto a los de otros establecimientos (irrelevante, ya que la mayoría de los clientes de Starbucks piden sus alimentos para llevar y los consumen en la calle) a aquellas que buscaban la causa de su popularidad de Starbucks (las mesas se encuentran a menudo llenas de los restos orgánicos y plásticos de las comidas de los clientes anteriores).

Todo esto contribuyó a que, lo que había sido un interés pasajero, se transformara en una obsesión. Pronto estaba dedicando cada momento libre que tenía a investigar Starbucks. Fue así como descubrí algo muy interesante; estos establecimientos tienen como emblema un dibujo estilizado de una sirena de dos colas. Son criaturas legendarias terrestres. Según la leyenda, estas criaturas se asemejan a seres humanos cuyas piernas hubieran sido reemplazadas por la parte posterior de un pez u otro animal marino terrestre. En versiones modernas del mito, se las suele representar con una cola, pero en la antigüedad era común describirlas con dos colas análogas a las dos piernas que poseen los seres humanos.

En un primero momento, esto me pareció irrelevante. Pero más tarde, al examinar versiones más antiguas de este emblema, descubrí que la sirena parece estar cogiendo su colas en sus manos y manteniéndolas separadas para mostrar al espectador lo que se encontraba entre ellas. Este acto se llena de significado si se tiene en cuenta que los seres humanos tienen sus genitales entre las piernas y no en sus cajas torácicas, como nosotros.

Por esta razón, llegué a la conclusión de que esta sirena era un ejemplo clásico de un símbolo de fertilidad, similar a la también terrestre Venus de Willendorf o el más conocido amuleto vúlvico de Betelgeuse 7. Esta hipótesis inicial cobró fuerza más tarde, cuando averigüé que estos establecimientos son un destino frecuente en las "citas". Las "citas" son un preludio humano al acto reproductivo, en el que los participantes del mismo (una pareja) intercambian feromonas con el pretexto de averiguar el grado de compatibilidad de la pareja.

Puede que lo que le he dicho hasta ahora le haga pensar que Starbucks no es más un simple lupanar sin más interés etnográfico que cualquier otro establecimiento humano. En un primer momento, yo pensé lo mismo. No fue hasta que analicé la conducta de los clientes de Starbucks que descubrí que para ellos, el sexo es un substitutivo de algo que valoran aún más: el "café".

El café es una brebaje de efectos estimulantes que típicamente se sirve caliente. La preparación de este brebaje está altamente ritualizada. Los clientes deben esperar al otro lado de una mesa o altar mientras los camareros o "baristas" realizan el ritual. En su forma más simple, el protocolo consiste en calentar agua en un aparato especial hasta que alcanza el punto de ebullición. Posteriormente, se le añade un polvo negro.

Mis investigaciones han revelado que dicho polvo negro es un derivado de una de las numerosas variedades de la “coffea”. Las semillas de esta planta pasan por un complejo tratamiento en el que son tostadas y molidas. No se me ocurre mejor forma de hacerle entender la relevancia social que tiene la consumición de este brebaje en esta cultura, que decirle que a menudo estas semillas deban ser importadas de países lejanos, con grandes costos económicos y ecológicos para el planeta.

El líquido resultante de este ritual es servido por los "baristas" en un contenedor monouso, aunque es habitual que los clientes más fieles compren recipientes reutilizables fabricados con materiales más resistentes. A cambio, reciben un pequeño descuento cuando compran su café equivalente al precio del contenedor mono-uso.

Este ritual, que puede parecer simple, puede complicarse hasta extremos sorprendentes. Un complejo sistema de relaciones simbólicas que pueden resultar opacas al no iniciado, rigen el ritual de preparación del brebaje. Los clientes de Starbucks les añaden todo tipo de sustancias, desde edulcorantes a jarabes fabricados a base de extractos naturales.

Incluso el más superficial de los análisis de estos establecimientos revelará que los fieles dan una gran importancia a los condimentos que añaden a este brebaje. Son para ellos una seña de identidad. Tal es la importancia que dan los fieles de Starbucks al café, que durante mi investigación a menudo los oír pronunciar la siguiente oración: "Hasta que no me tomo mi café por las mañanas, no soy humano."

Es posible que le sorprenda que durante esta explicación haya utilizado términos como "altar", "ritual", "fieles" o "oración". La elección de estas palabras ha sido premeditada. Tras haber realizado una larga investigación sobre Starbucks, me siento con confianza de decir que Starbucks no es un simple establecimiento de venta de comida. Es una protorreligión que, basándome en la velocidad con la que se ha extendido por el planeta, considero que podría llegar a convertirse en la principal religión terrestre.

Comprenderá ahora por qué he querido enviarle este mensaje. Existen muy pocas investigaciones sobre las fases iniciales de una religión, lo cual probablemente no cambiará hasta que el gobierno ceda a nuestras presiones y permita el uso de transportadores temporales en las investigaciones bioculturales. Nos encontramos, por tanto, ante una oportunidad inigualable de investigar una religión en sus orígenes.

Por esa razón, llevo mucho tiempo considerando la idea de escribir al comité del departamento para sugerirles un cambio en el objetivo de la investigación que fui enviado a realizar.

¿Qué considera que debería hacer? Siempre la he tenido en muy alta estima, y sé que usted sabrá cómo aconsejarme. Espero su respuesta.

Atentamente,

Grawk IV

Décimo novena revolución del ciclo solar número 2012 (calendario gregoriano)

PD: Dada la importancia de esta misión y las características particulares de esta religión, creo que sería conveniente pedirle también al comité que autoricen un incremento de los fondos destinados a mi investigación. En particular, será necesario aumentar el presupuesto destinado al consumo de comida. De momento, con la idea de optimizar mis gastos, he comprado uno de los recipientes de reutilizables que le mencioné.

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